5 de junio de 2025
Conversar con un hombre que encarna la historia viva de un Punta Arenas de antaño, imaginar cómo era la ciudad hace un siglo atrás, es una experiencia que toca el alma. Esta jornada de miercoles, la comunicadora Alejandra Vera Moya —más conocida como "la Jana"—, entre una porción de torta de fresas, nuez y macacino, y un reconfortante capuchino, nos llevó a recorrer la vida de Hernán Caro Gómez, un vecino nacido y criado en el emblemático Cerro de la Cruz.Un hombre con raíces profundasHernán Caro, de 56 años, es ingeniero en administración y trabaja hace 29 años en el Segundo Juzgado de Policía Local de la Municipalidad de Punta Arenas. Casado desde hace más de tres décadas con Gloria Contreras González, es padre de dos hijas —una ingeniera civil y otra matrona— quienes, tras estudiar fuera de la región, decidieron volver a su ciudad natal. "Son mi orgullo", comenta con una sonrisa.El nacimiento de un sueñoCon espíritu emprendedor, tras la muerte de sus padres, Hernán decidió comprar la parte de la propiedad familiar que pertenecía a sus hermanos. El terreno había sido adquirido por sus abuelos —él, chilote; ella, penquista— quienes formaron ahí su hogar y su legado. Siempre soñó con instalar un local, un anhelo que cumplió al adquirir una propiedad colindante, donde levantó lo que hoy es el Café Sarmiento: un café, restaurante y panadería que combina tradición, belleza y una vista impagable al Estrecho de Magallanes.Entre crisis y resilienciaEl Café Sarmiento nació hace 10 años con 13 trabajadores. La pandemia y el estallido social pusieron a prueba su fortaleza. "Aguantamos", recuerda Hernán. La pandemia casi los destruye, pero decidieron no despedir a nadie. Implementaron el sistema de delivery: dos garzones con licencia comenzaron los repartos y otras trabajadoras aprendieron nuevas recetas en la cocina. “Pagamos cada sueldo, cada bono. Nadie se contagió”, comenta.Actualmente, 18 personas trabajan en el lugar, incluyendo a su esposa y su cuñada, quien administra el recinto. Han creado empleos y siguen adelante.La panadería del cerroEn su panadería se elaboran delicias con mezclas de sabores traídas de distintos países que Hernán ha recorrido. “Nano”, como le llaman sus amigos, ha sabido adaptar gustos y técnicas, sin perder la identidad local.Apoyo silenciosoAdemás de emprendedor, Hernán es reconocido por su solidaridad. Siempre ha prestado ayuda silenciosamente a quienes la necesitan, especialmente enfermos y clubes comunitarios. Su compromiso con el prójimo es tan firme como discreto.Patrimonio y desarrolloConversar con Hernán es sumergirse en las historias del Cerro de la Cruz: calles empedradas, relatos de motines y la cruz que se alza como símbolo de evangelización. Hoy, como director de la Junta de Vecinos N°28, nos habla del proyecto para transformar calles históricas de piedra en vías con cemento y veredas más seguras. “El 70% de los vecinos son adultos mayores. Necesitamos seguridad y accesibilidad”, señala.Critica también el proyecto de construir un ascensor en la zona, considerándolo innecesario: “Los turistas aman caminar. ¿Para qué gastar miles de millones cuando hay necesidades urgentes, como la pavimentación?”.El anhelo de un parque botánicoUno de sus sueños más queridos es transformar las ex dependencias de la CNI, ubicadas en calle Señoret, en un parque botánico. “Ese lugar era un foco de violencia, drogas y descontrol. Costó reuniones, marchas, puntos de prensa, hasta que finalmente logramos cerrarlo. Ahora soñamos con convertirlo en un espacio verde con especies nativas, abierto a la comunidad y al turismo”.La escuela de su infanciaCon nostalgia recuerda la escuela donde estudió: primero F-5, luego F-15 y finalmente conocida como Patagonia. Fue construida con el esfuerzo de los vecinos, en terrenos donados por un antiguo poblador. “Nuestro sueño es recuperar ese espacio, que era más que una escuela: era el corazón del barrio”.Un corazón firme como el viento australHernán Caro Gómez es mucho más que un empresario. Es vecino, padre, trabajador público, gestor social y soñador incansable. Su vida, marcada por la resiliencia y el amor por su comunidad, es ejemplo de que cuando el corazón es firme, como el viento austral, no hay adversidad que impida cumplir las metas.Nota. Alejandra Vera Moya
Esta labor se realizará a lo largo del país, con el despliegue en terreno de funcionarios de ambas instituciones.
Esta labor se realizará a lo largo del país, con el despliegue en terreno de funcionarios de ambas instituciones.