21 de mayo de 2025
El encuentro, enmarcado en el Acuerdo de Colaboración entre la Asociación de Salmonicultores de Magallanes y MSD Salud Animal, se realizó el martes 6 de mayo en la Sala de Reuniones de la empresa AquaChile, en Puerto Natales, y contó con la participación de ejecutivos y profesionales del área de salud de las compañías asociadas al gremio.
BIENESTAR ANIMAL
Katherine Martínez, médico veterinario y asesora de Bienestar Animal (BA) en ASVET, inició la jornada con su charla “Fish Welfare: ¿Estamos considerando todas sus aristas?”, donde explicó que la industria salmonicultora ha implementado diversas acciones relacionadas con el BA tanto en la producción como en las buenas prácticas, destacando el alto número de profesionales del sector capacitados en este ámbito. Sin embargo, recordó que, hasta hace algunos años, al abordar el tema, generalmente se asociaba con aspectos de salud y nutrición. “Pero el bienestar animal es más que eso. Es un concepto complejo, difícil de integrar y muy difícil de medir”, sostuvo.
Tras repasar la evolución del BA, indicó que en la salmonicultura se comenzó a implementar a partir de las cinco libertades de los animales declaradas por el FAWC (Farm Animal Welfare Council) –libres de sed y hambre, de desafíos ambientales extremos, de enfermedades y lesiones, de restricciones conductuales y de sufrimiento mental– y la posterior publicación de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) del Código Sanitario para Animales Acuáticos, que considera solo dos fases de la producción: transporte y faena.
Explicó que si bien las libertades aún son consideraras por la OMSA y algunas certificaciones como base para establecer normativas, hoy se considera más adecuado el modelo de los Cinco Dominios (Mellor & Reid, 1994), una herramienta integral para evaluar el bienestar animal en diferentes contextos, que permite analizar aspectos físicos y emocionales. Los dominios son: Nutrición, Medio Ambiente, Salud, Comportamiento y Estado Mental.
Respecto de la evaluación del BA, aclaró que se realiza a través de indicadores como los OWI (Operational Welfare Indicators), monitoreables a diario, fáciles de medir y que entregan información inmediata sobre el estado de bienestar de los peces; y los LEWI (Level of Effectiveness for Fish Welfare), que sirven para evaluar procesos, miden la calidad de vida y se basan en la percepción del animal de su entorno y su estado, enfocándose en aspectos fisiológicos, comportamentales y de salud. Los indicadores directos se concentran en las condiciones fisiológicas y físicas de los peces, mientras que los indirectos abordan factores medioambientales y de manejo, lo que permite anticiparse a riesgos futuros.
Al mostrar tablas de frecuencia de medición de BA, la experta señaló que “idealmente el bienestar animal se debe medir 24/7, porque todos los parámetros que consideramos productivos, en realidad, también son indicadores de bienestar animal”. Agregó que, además de los indicadores diarios, semanales y mensuales, en cada etapa de la cadena existen puntos críticos. En agua dulce, por ejemplo, destacó la primera alimentación, selección de peces, muestreos, tratamientos inyectables, desdobles, vacunación y transporte, a los que se suman tratamientos de inmersión que tienen efectos estresantes en los peces; mientras que en agua de mar se presentan en la siembra, cosecha en el centro, acopio y sacrificio en planta, como también en los baños, muestreos, tratamientos y desdobles.
En cuanto al impacto que generan los manejos en el bienestar de los peces, mencionó el estrés agudo y crónico, que puede desencadenar efectos negativos en la productividad, las lesiones, ayunos repetitivos debido a la reducción de ingesta previa a los procedimientos, y consecuencias en la calidad final del producto. Para disminuir estos impactos, recomendó el uso de la tecnología disponible en la salmonicultura, que ayuda a reducir la manipulación de los peces, contribuye con la permanente recopilación y análisis de datos, permite la adaptación de scores ajustados a la realidad de cada empresa, elimina el sesgo inter-observador y aumenta el número de peces evaluados de forma confiable.
“Pero también tenemos desafíos con el uso de la tecnología en la evaluación del bienestar animal” declaró, haciendo hincapié en la necesidad de capacitar adecuadamente al personal en la utilización de los equipos, fomentar un enfoque preventivo y concretar un trabajo integral con los datos productivos y de salud.
La sesión concluyó con la intervención de Patricio Arancibia, representante de ventas de la Unidad de Acuicultura de MSD Salud Animal en Chile, quien se refirió a los “Desvíos en el conteo de peces: Causas y soluciones”.
El compromiso fue manifestado durante una presentación del Gobierno Regional sobre este tema ante el Concejo Municipal de Punta Arenas
El compromiso fue manifestado durante una presentación del Gobierno Regional sobre este tema ante el Concejo Municipal de Punta Arenas